El
segundo viaje.
El
25 de septiembre de 1493, el almirante zarpó de
Cádiz al mando de 17 navíos y unos 1.200
hombres, portando las primeras simientes y ganados. Al
salir de las Canarias, Colón puso rumbo más
al sur que en el primer viaje para llegar al paraje que
denominó la entrada de las Indias, en las pequeñas
Antillas.
Después de descubrir la isla de Puerto
Rico, llegó hasta el fuerte de la Navidad y comprobó
que había sido destruido y los españoles
muertos. Fundó la primera ciudad de América,
la Isabela. Recorrió la costa sur de Cuba, llegó
a Jamaica, y a finales de 1494 descubría América
del Sur (Cumaná), aunque lo ocultó hasta
el tercer viaje. Comenzaba el poblamiento de La Española,
las diferencias entre españoles y los levantamientos
de los indios.
A partir de 1495 empezaba el desprestigio
del Nuevo Mundo, siendo el grito más escuchado
entre españoles: "Así Dios me lleve
a Castilla". El 11 de junio de 1496 arribó
a Cádiz con la intención de contrarrestar
la mala propaganda de las Indias. Llegaba vestido con
un sayal de fraile franciscano.
El
tercer viaje.
Costó
mucho organizar la tercera flota colombina. Las Indias
ya no atraían tanto y faltaban tripulantes. Incluso
se dio poder a Colón para que embarcara a delincuentes.
Ocho navíos y 226 tripulantes componían
la flota, que dejó Sanlúcar de Barrameda
entre febrero y el 30 de mayo de 1498. Desde Canarias,
siguió a Cabo Verde y una latitud más al
sur que las anteriores navegaciones, lo que le hizo sufrir
una zona de calmas.
Descubrió la isla de Trinidad;
recorrió la costa de Paria, donde situó
solemnemente el entorno del Paraíso Terrenal. Camino
de La Española divisó la isla Margarita,
donde se pescaban las perlas, para llegar el 20 de agosto
a la nueva capital de las Indias, Santo Domingo.
La situación en que encontró a la colonia
era grave: la mayoría de los españoles,
encabezados por Francisco Roldán, se había
rebelado contra la autoridad de los Colón. La llegada
del virrey no resolvió el problema. Las quejas
contra la familia Colón, agravadas con algún
que otro proceder dudoso del Almirante, como ocultar el
criadero de perlas de Margarita y Cubagua, llegaron a
la corte y los reyes decidieron destituirlo.
El 23 de
agosto de 1500, Francisco de Bobadilla entraba en el puerto
de Santo Domingo para sustituir al virrey y gobernador.
Hubo cierta resistencia por parte de los Colón,
lo que explica algo la dureza de Bobadilla. A primeros
de octubre de 1500, Cristóbal, Bartolomé
y Diego Colón regresaban a España cargados
de cadenas.
Cuarto
viaje.
Los
monarcas sintieron el mal trato dado a su almirante, algo
lo desagraviaron, pero no lo repusieron en sus oficios
perdidos. Prometieron que lo harían, mientras le
encargaban el cuarto viaje.
Con cuatro navíos y
150 hombres partió de Cádiz el 11 de mayo
de 1502. El objetivo era encontrar un paso que permitiera
llegar a la Especiería ya que Colón seguía
creyendo que la zona antillana era la antesala de Asia.
Para atravesar el Océano, siguió una ruta
parecida al segundo viaje. Llevaba orden de no detenerse
en Santo Domingo. Atravesó el Caribe hasta el cabo
de Honduras; siguió hasta el de Gracias a Dios
y recorrió la costa de Panamá. No encontró
lo que buscaba: ni paso, ni oro, ni especias, pero en
cambio sí tuvo muchas penalidades y sufrió
la pérdida de dos barcos.
El 1 de mayo de 1503
ponía rumbo a La Española, pero se vio obligado
a recalar en Jamaica, en la bahía de Santa Ana,
donde tuvo que encallar los dos barcos y esperar. La hazaña
de Diego Méndez y Bartolomé Fiesco logrando
llegar en dos canoas desde Jamaica a La Española
logró salvarlos.
El 28 de junio de 1504, dejaban
Jamaica y el 12 de septiembre, en dos navíos, se
dirigían a España. Después de arribar
a Sanlúcar de Barrameda el 7 de noviembre de 1504,
fracasado y enfermo, siguió hasta la corte y reclamó
infructuosamente sus derechos.
Murió el 20 de mayo
de 1506 en Valladolid.